Compuestos de alta conductividad
Los plásticos tienen muchas ventajas sobre otros materiales. Sin embargo, en ciertos campos de aplicación, estas no se pueden aprovechar por la falta de conductividad. Especialmente en atmósferas potencialmente explosivas, en el embalaje y la manipulación de componentes electrónicos o en la transmisión de señales de radio, la falta de conductividad puede provocar un fallo o una merma importante del funcionamiento. Existe riesgo de carga electrostática.
Si los plásticos no conductores se descargan por medio de chispas, pueden prender atmósferas explosivas como las mezclas de disolvente-aire o polvo-aire. Por lo tanto, para estas aplicaciones, es necesario que los plásticos no conductores se conviertan en conductores.
Principales ámbitos de uso
En estos casos, las ventajas de los plásticos se pueden seguir aprovechando si se añaden materiales específicos que aumentan significativamente su conductividad al reducir su resistencia eléctrica. Por ejemplo, si se reduce la resistencia eléctrica del PE de 1016 ohmios a < 104 ohmios, se convierten en conductores eléctricos. De este modo se puede evitar la carga electrostática de forma segura mediante la conexión a tierra. Los compuestos altamente conductores se utilizan como material para las placas bipolares de las pilas de combustible.
Requisitos para la preparación de compuestos
Estos perfiles de características específicos se logran a través de la etapa de preparación del compuesto, que tiene requisitos muy exigentes. Los valores de conductibilidad deben ser garantizados tanto a temperatura ambiente como ante niveles de funcionamiento elevados. El hollín o el negro de humo, el grafito, los nanotubos de carbono y las fibras de carbono añadidos deben conservar sus complejas estructuras y distribuirse de forma extremadamente homogénea para poder formar una red conductora fiable. Los polímeros utilizados se deben degradar lo menos posible. La reticulación de los compuestos también puede ser un requisito.
Mediante procesos sofisticados es posible tener bajo control estos requisitos, algunos de cuales son opuestos. La amasadora BUSS ha demostrado siempre su eficacia en la elaboración de estos materiales especialmente exigentes. Las velocidades de cizallamiento moderadas y uniformes, y en caso de ser necesario específicamente adaptables para el control preciso de la temperatura de la amasadora BUSS, desempeñan aquí el papel central. En la zona de fusión se disipa toda la energía necesaria, sin forzar en exceso los componentes poliméricos. Los agentes de conductividad se distribuyen de manera óptima con una mínima longitud del proceso debido a los altos valores de plegado. Al final del proceso, si es necesario, se añaden las sustancias conductoras fibrosas, se separan y se envuelven para conservar al máximo la longitud de las fibras y garantizar las propiedades adecuadas en la red conductora. Esto significa que se pueden conseguir perfiles de propiedades óptimos incluso con las ventanas de proceso más estrechas y las viscosidades más altas.
A través del sistema de dos fases de la amasadora BUSS, la preparación del compuesto y la etapa de presurización son desacopladas de manera rigurosa, pudiendo así optimizar las etapas del procesado de manera independiente. La carcasa desplegable de la amasadora BUSS asegura un rápido acceso y una alta disponibilidad del sistema. Además de la dilatada experiencia de BUSS en la técnica de procesamientos, el diseño modular —y, por lo tanto, adaptable de todo el sistema— hace que la amasadora BUSS sea una excelente elección de inversión para la preparación de estos compuestos con altas exigencias de conductividad.

Diseño típico de una instalación para la preparación de compuestos de alta conductividad

Los sistemas BUSS de preparación de compuestos ofrecen las siguientes ventajas específicas
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Diseño típico de una instalación para la preparación de compuestos de alta conductividad
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